El internet y la necesidad de innovar

Este lunes 17 de mayo se celebra el Día Mundial de Internet en gran parte del mundo, promovido por la Asociación de Usuarios de Internet e Internet Society.

El objetivo de esta efeméride es dar a conocer las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y promover su accesibilidad a la red.

Ya nadie puede dudar de la importancia del internet en nuestro diario vivir. Sin embargo, tal como nos hemos beneficiado de la tecnología – y particularmente del internet- debemos comenzar a ser más responsables en nuestra vida digital.

¿Qué nos lleva a tener una visión de mayor relajo al momento de conectarnos a la red?, varios estudios han señalado que las personas tenemos más confianza en internet. Seguramente usted ha vivido esa sensación, esa confianza plena en una página web, una aplicación o de su contenido, sin determinar su real objetivo o la fuente de la misma.

Esa preocupación siempre la asociamos a las personas, a la falta de cultura, a la poca o nula educación digital. Pero la real preocupación debería centrarse en que, esas mismas personas -irónicamente- son las que trabajan en grandes corporaciones, empresas del Estado y en todos los servicios que mantienen nuestra vida en movimiento.

La confianza en que nada nos pasará siempre está presente en la red, cual teoría del “mundo perfecto”, siempre le pasa a otro, jamás a mí. Creemos que nuestros datos y nuestra información nunca tiene la sensibilidad o importancia necesaria para ser secuestrada o hackeada. El verdadero sentido de la innovación digital deberá estar marcado por cambiar nuestras concepciones sobre internet, lo digital y la ciberseguridad.

Las empresas deberán coincidir en que la innovación debe ir de la mano con los temas de seguridad de la información y ciberseguridad. De alguna forma, las antiguas prerrogativas deben desaparecer. Ya no es posible que encargados de áreas de tecnología señalen que ellos no necesitan nada más, que sus empresas son seguras y que no tendrán ninguna incidencia en el futuro. La realidad nos dice otra cosa, las empresas son cada día más vulnerables. La interconexión de sus empleados y de sus negocios generan que las superficies de ataque aumenten y consecuentemente sus riesgos.

Cuando nos referimos a la cultura de la ciberseguridad lo asociamos a un conjunto de medidas e instrumentos de las áreas más técnicas de la organización, pero lo que debemos generar es que este nuevo desafío es global. Con globalidad nos referimos a cada uno de los integrantes de las organizaciones, ya no es tiempo de definir a quién capacito y a quién no. Generar un ambiente de mayor seguridad digital debe ser parte fundamental de la nueva Responsabilidad Social Empresarial (RSE). ¿Y si comenzamos a incentivar el uso de la Responsabilidad Social Digital?, las empresas y organizaciones deben tener un rol activo en informar a sus colaboradores y clientes de los reales riesgos de internet y del uso poco responsable de la tecnología.

Seguramente, al igual que con otras políticas, los clientes también deberán comenzar a preferir a quienes tengan políticas más robustas para el tratamiento de datos, mejores políticas para el acceso a sus e-commerce y un robusto plan de capacitación para sus clientes, quienes, al formar parte de la sociedad, tendrá un efecto expansivo, persona culturizada, empresa culturizada, sociedad culturizada digitalmente. No es de extrañar que en unos años más estos puntos cobren mayor relevancia para el consumo diario de los clientes.

Finalmente hay que recalcar que la tecnología siempre generará más y mayores oportunidades. La importancia es lograr que su uso sea responsable, adecuado e informado. Si no logramos definir adecuadamente sus objetivos y sus limitaciones, la misma tecnología que tenemos para generar desarrollo, producirá mayores desigualdades, menor conocimiento y personas que – irónicamente- tendrán menos posibilidades para desarrollarse. Las empresas deben tener una labor esencial, generar personas más educadas en los procesos tecnológicos producirá siempre efectos positivos, está en cada uno de nosotros generar mayor responsabilidad. A nadie, hoy en día, se nos ocurriría subirnos a un automóvil sin saber manejar. Así de vital es aprender las lecciones mínimas digitales para que nuestra comunidad logre sus objetivos.